martes, 15 de marzo de 2016

Guest Relations

La semana pasada cumplimos un mes aquí, por lo que estaba preparando una entrada sobre la casa y mis compañeras, que ya va siendo hora de presentarlas. Pero lo que pasó ayer me ha hecho posponer una vez más el momento de hablar sobre Vista Way.

¿Que qué pasó ayer? Pues pasó que me dieron un pin. Y diréis ¿un pin? Sí, un pin, pero no cualquier pin. Ayer me dieron EL PIN. Así que para descubrir de lo que estoy hablando tendréis que leer la historia que viene a continuación.

Cuando apliqué en julio para hacer este Internacional Program ya sabía cuál sería mi puesto de trabajo desde el principio: Guest Relations. Bueno, para ser justos, admitiré que sabía cómo se llamaba el puesto porque en realidad no tenía ni idea de lo que iba. Además, fuese lo que fuese, sonaba genial e importante (todos sabemos que el puesto bien podría haberse llamado “recogedora de caca en DisneyWorld” y yo lo hubiese aceptado igualmente). Empecé a buscar vídeos en YouTube y me fui enterando poco a poco de que Guest Relations viene a ser ‘Atención al cliente’ de los parques, dónde puedes comprar tickets y revolver problemas. Sabía que iba a ser duro, especialmente por la cantidad de gente que viene cada día a visitarnos.

Una vez aquí, tuvimos un training de casi tres semanas (el del primer programa duró una); dos de ellas en la Disney University y la última en el lugar de trabajo, en mi caso Disney Springs. Nunca podré olvidar a mi primer trainer, Raúl Sánchez, ni aunque quisiera porque es un pesado al que tengo que seguir viendo muy a mi pesar (en realidad no pude tener mejor inicio pero él entiende español y no quiero que se lo crea mucho si llegase a leer esto). Mi segundo día estuve con Rob, y creo que no he conocido a un hombre más bueno y paciente que él, además de altísimo. Los otros tres días los tuve con Paige, la más cañera de mis trainers, una californiana súper divertida y con la que aprendí muchísimo porque se quedaba siempre detrás, obligándome así a hablar yo primero con los guests y hacer las cosas por mí misma (¡y me llevó a jugar a DisneyQuest!). El miércoles 2 de marzo fue mi assesment, de la mano de Danny Capote, que viene a ser el día en el que haces todo sola y el trainer simplemente mira o te corrige y al final del día te dice si estás preparada para empezar a trabajar sola o si necesitas más training. Yo aprobé y me puse mi banderita de España orgullosamente. De hecho, según tenemos entendido, somos los primeros españoles en trabajar como Guest Relations en DisneyWorld. Ahora mismo soy la primera y única chica española (¿en el mundo?) llevando esta bandera J

SPAIN



Para entonces ya sabía que Guest Relations es mucho más que vender tickets y resolver problemas. Tenía la cabeza inundada de información: programas de ordenador completamente nuevos, localización de los baños más cercanos, precios de los diferentes tickets, tipos de Annual Passes, cómo organizar la lista de espera en el iPad, fechas bloqueadas, cómo actuar ante un padre que busca a su hijo, qué hacer con un móvil perdido… Y es que es increíble la cantidad de cosas que llegamos a hacer en un mismo puesto de trabajo, y en mi caso hay que añadirle el hecho de hacerlo en otro idioma. De hecho todavía navego entre tanta información, a veces para naufragar sin remedio y otras para llegar a buen puerto más por casualidad que por control del timón. Pero bueno, cada día me encuentro más cómoda y capaz de hacerlo bien.

Así es como he pasado las dos últimas semanas porque con mi horario de tarde acabo dedicando el día a levantarme, (intentar) cocinar, ducharme e irme al trabajo. Menos el viernes y sábado pasados que por la mañana Borjita y yo nos fuimos al gimnasio (sí, GIMNASIO, yo) y a tomar el sol en la piscina por la mañana. Cada día hay una situación nueva y compañeros dispuestos a ayudarnos con ellas. De hecho, en una de esas estaba ayer cuando tuve que ir a pedir ayuda al Front Desk (dentro de la oficina siempre hay alguien a quien preguntar) y allí estaba uno de los managers que me dijo “Cuando acabes con ese guest, ven a hablar conmigo”. YA ESTÁ. Terminada. Me iban a despedir, seguro. No podía parar de pensarlo mientras intentaba terminar la transacción con mi guest. Repasaba todas las cosas que había hecho estos días ¿cuál podría ser el problema? Hace unos días descuadré la caja por contar mal los billetes ¿me despedirán por $40? A lo mejor el señor que me gritó el domingo se fue a quejar de mí a algún sitio… Miles de cosas me rondaban en la cabeza hasta que al fin pude volver a la oficina, súper nerviosa, y vi a mis managers y compañeros sonriendo. Me leyeron una carta de bienvenida al equipo, me aplaudieron, hicieron fotos Y… me colocaron el pin, ese que todos los Guest Relations llevan como parte del costume. Así que ayer, después de un mes de bastante esfuerzo, gané el mío y me convertí en GR oficial.

EL PIN



Volví a mi trabajo muy contenta porque ya tenía el costume completo y porque, por lo que parecía, de momento no me iban a despedir. Pero mi sorpresa aún mayor llegaría unas horas después cuando estaba atendiendo a una pareja que, tras finalizar todo, pidieron hablar con mi manager. Al principio me resultó raro pero insistieron así que fui a buscarle. Delante de él, dijeron algo así como “We just want you to know that Estela has been the nicest person ever. Really helpful and patient, she explained everything really good. Just give her a day off or something like that, do it please for us, because if there’s someone who represents Disney… that’s her”. Me quedé alucinada al escuchar a alguien diciendo eso sobre mí, de verdad hubiese ido a abrazarles para darles las gracias en ese momento. Así que el mismo día que me habían otorgado el GR’s pin, mi manager me daba también mi primera Four Keys Card de parte de un guest.

Y es por eso por lo que he decidido dedicar esta entrada a mi trabajo, porque aunque me está costando adaptarme a él, ya me está devolviendo cosas y personas fantásticas desde el principio. Desde luego el primer mes ha pasado volando, lo que no quiere decir que no haya tenido tiempo de echaros de menos…

Estela.

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