jueves, 25 de febrero de 2016

Disney University

El otro día me quedé en la historia del 14 de febrero y para darle emoción a la cosa he tardado una semana en actualizar. En realidad es que se me pasan los días volando y pospongo el blog casi tanto como el gimnasio (lugar que todavía no he pisado, pero llevo dos semanas diciendo ‘mañana voy’).
Lo que hizo ese domingo tan especial es que fue el primer día que pasé en Magic Kingdom desde 2013. Volví a recorrerlo casi enterito – no tuve valor para entrar en Cosmic’s – con Borja, mi roommie Karem y nuestra vecina Johana. Estrenamos el parque con el show de Mickey en el castillo, el show de Mike Wazowski y Philharmagic (una peli 3D) así que mis queridos acompañantes requirieron algo de emoción después de tanta tranquilidad y decidieron escoger la atracción con menos tiempo de espera en ese momento que resultó ser… SPLASH MOUNTAIN. Y os preguntaréis “¿Por qué esa famosa y querida y perfecta atracción era la que menos tiempo de espera tenía?” Y yo os responderé “No sé… ¿a lo mejor porque eran las 7 de la tarde de un domingo de febrero en el que yo llevaba dos sudaderas puestas? ¿a lo mejor porque la gente es demasiado inteligente como para querer subirse en un tronquito que te lleva por un río hasta que caes por una cascada y TE EMPAPAS?”
Me tocó en primera fila con Borja y les grité de todo por haberme hecho presión social para que montase, pero reconozco que me lo pasé taaaaaaaaaaaan bien que compensó el hecho de tener el culo empapado el resto de la noche. Noche que acabó redonda cuando Karem y yo nos quedamos a ver la Electrical Parade, fuimos a visitar a Mickey y terminamos con Wishes. La primera vez de muchas, estoy segura.

KISSING MICKEY'S NOSE


WISHES


El lunes tuvimos libre y lo dediqué a volver a Walmart, mi segundo hogar en EEUU, para rellenar la nevera antes de empezar lo duro. El resto de días consistieron en asistir a clases en Disney University y asustarnos mucho con los programas de ordenador que vamos a usar en el trabajo. Cuando digo mucho, es MUCHO. Fueron cuatro días de recibir un exceso de información en inglés tan grande que mi cerebro trabajaba cuatro veces más lento de lo normal al final del día, y eso que ya va lento de por sí. El miércoles pudimos desconectar por la tarde porque había fiesta de bienvenida en Chattam, con pizza y bebida gratis, nos lo pasamos genial bailando aunque noté más que nunca la ausencia de mi Terminated People. De todas formas, si había que ponerle la guinda del pastel a la semana, desde luego fue Borja el que se encargó de ello cuando el jueves por la noche decidió que era correcto cortarse la mano cocinando. Así que después de las 8 horas de clase del viernes, mi espíritu caritativo me llevó a acompañarle al hospital, donde estuvimos 4 maravitupendas horas. Afortunadamente no era nada grave, le limpiaron la herida y poco más (Sanidad española, te echo de menos) y yo salí hecha una artista de la sala de espera.

Y estaréis pensando que ya tiene que ser triste mi vida aquí para que lo más interesante que me pase sea acabar coloreando dibujos de Google Imágenes con ceras de mala calidad, pero lo cierto es que un señor me dijo “You can do magic!” cuando vio los dibujos, y eso es lo más Disney Moment que me ha pasado hasta ahora.

COLORING TIANA



El fin de semana lo compensó todo porque tuvimos tres días libres y los aprovechamos para ir a Hollywood Studios, ejemWalmartejem, Animal Kingdom y salir de fiesta. Además tuve tiempo para Skypear con muchas personitas a las que necesitaba ver la cara otra vez. Después de los días off tocó una primera toma de contacto con el lugar de trabajo, pero como me ha gustado eso de darle emoción, voy a dejar esa historia para otro día.

Mi cerebro os echa de menos cuatro veces más de lo normal,

Estela.

lunes, 15 de febrero de 2016

We create happines

Aunque llegué el lunes a Florida, me ha llevado unos días asentarme y sobre todo conseguir una WiFi decente en casa ¡¡pero al fin lo he conseguido!! De hecho, al principio toda mi ropa pasó de la maleta a la cama, de ahí al suelo y poco a poco ha ido encontrando su sitio en armario y cajones, así que puede decirse que ya estoy asentada del todo… una semana después.

Cuando llegamos del aeropuerto, nos hicieron una foto horrible (en plan MUY HORRIBLE) que han decidido usar tanto para nuestro Housing ID como para el Blue ID así que no pienso enseñároslo nunca. Simplemente quiero plasmar aquí mi indignación con el hecho de que hagan la foto que me representará durante un año después de 10 horas de vuelo. Pero bueno, así fue y debemos aceptarlo - y esconder nuestro ID a la sociedad el resto de Programa-. Lo segundo que vi después de mi careto fueron las siglas VW. Para quién conozca Disney ya sabe lo que eso significa y para quién no: me habían asignado la residencia Vista Way, mi última súpermegaultraúltima opción entre las cuatro residencias. Estaba tan abajo en mi escala que, de hecho, no os voy a contar más sobre ella de momento y le dedicaré una entrada completa en breves.

Martes y miércoles los dedicamos a firmar papeleos e ir a Walmart (literalmente parecía que viviese en ese supermercado, lo juro). Jueves y viernes los tuvimos libres pero aún no podíamos ir a los parques así que los dedicamos a vegetar en casa, hacer Skypes, ir a Disney Springs antiguamente conocido como Downtown Disney…

AURORA



I CREATED ARIEL AT OUTER SPACE


El sábado nos hicieron salir de la cama a las 6 de la mañana para estar frescos y poder disfrutar plenamente (nótese la ironía, porque estábamos todos con las legañas pegadas) nuestro segundo primer día como trabajadores Disney (o sea, que empezamos a cobrar), día conocido como Traditions. Básicamente nos juntan a los nuevos en una clase de la Disney University donde nos ponen vídeos y nos cuentan cosas sobre la empresa, anécdotas guays, nos regalan muñequitos de Disney por responder bien a las preguntas, nos llevan a pasear un ratito por Magic Kingdom y nos hacen sentir que somos imprescindibles y especiales. Por una parte me horroriza la manera en la que nos cala y por otra, me encanta muchísimo y me dejo llevar totalmente. Reconozco que empecé en una actitud totalmente escéptica respecto a lo que me decían, pero siete horas después salí flotando en una nube y totalmente convencida de estar en el mejor lugar del mundo mundial (otra vez).

TRADITIONS



MINIVUELTA EN EL PARQUE



Lo cierto es que el día en sí se hizo bastante largo pero hubo un par de anécdotas que no quería dejar pasar, ya que lo hicieron más especial de lo que ya era. Los encargados de nuestro Traditions cumplían el sábado su año de trainers, por lo tanto nosotros éramos su último grupo y se les veía tan emocionados por ello, que acabaron por contagiárnoslo. Especialmente el más mayor de ellos, Keith, que se despidió entre lágrimas. Toda la clase nos levantamos para aplaudirle porque era realmente un máquina en su trabajo y muy muy divertido.

La otra anécdota es más personal, y en mi línea infantil, pero me hizo TAN FELIZ. Llegó Mickey casi al final de la clase a entregarnos personalmente nuestros nametag y de paso se quedó a ver si habíamos estado atentos a la clase. Para ello, nos hacía preguntas sobre lo que nos habían enseñado ese día y por acertar nos regalaba un muñeco. La segunda pregunta fue “Which three words define our job?”  y cual Hermione Granger levanté la mano rápidamente y respondí “We create happines!”. Como podéis ver – más o menos – en la foto de abajo no sólo me llevé un mini Pluto sino también un abrazo del jefe ¡¡EL PRIMER DÍA!!

NAMETAG


MICKEY


                Como podéis imaginar fue un segundo primer día genial que no olvidaré nunca. Al igual que el día siguiente, domingo 14 de febrero, pero de eso ya mejor os hablo en otro post que si no me quedo sin historias y os aburro. Os echo de menos y lo sabéis, gracias por leerme…


Estela.

martes, 9 de febrero de 2016

Copenhague

Lunes 8 de febrero

Una de las cosas que me he propuesto para este blog, y mejor tenerlo claro desde el principio, es no mentir. Y no es que yo suela mentir, cualquiera que me conozca lo sabe muy bien. Me refiero más al hecho de ser completamente fiel y  sincera con lo que sienta en el momento de escribir. Esta vez no quiero cometer el error de no plasmar los malos ratos - porque los hay, siempre los hay -, para que luego el resultado final sea una mezcla de historias maravillosas y momentos inolvidables que escupen purpurina. Es obvio que voy a tener de esos, MUCHOS, pero voy a escribir sobre ellos igual que de los que no brillen tanto, que son igual de inolvidables. Para que luego, al leerlo, me pueda decir desde aquí a mi yo del futuro que “todo pasa y tú lo has conseguido”.
Hace una semana os dejé en el inicio de mi aventura, una primera parada en la capital de Dinamarca para disfrutar de unos últimos días de relax antes de cambiar mi vida por completo una vez más. Pues bien, la mezcla de sentimientos que me ha creado durante estos días el estar en Copenhague es tan brutal que no sé ni si voy a ser capaz de describirla.

¿Por qué? Pues mirad, os podría hablar del p**o frío que hacía a todas horas, y de que a las 5 era de noche muy de noche, también de que la ciudad me pareció fea de narices o de que las bolsas que te dan en el supermercado barato son trozos de plástico sin asas que se despiezan durante el camino a casa y hacen que te duelan los dedos que pensabas que ya se te habían caído congelados un rato antes. Y podría seguir, pero en el fondo no tendría sentido porque ya sé el por qué: YO. La culpa es completamente mía, no he sabido llevar este viaje de la manera en la que sí pensaba que podría.
Acababa de abandonar mi casa, mi familia y mi vida en general y llegar a un sitio extraño, frío y gris en el que tenía que mantener mis cosas (lo que me quedaba de la otra vida) en maletas en el suelo. Y ya está, aquí llega el momento en el que intento justificarme y decir que estaba triste y ya, pero no es cierto porque NO. Yo estaba muy contenta de estar con mi novio, Sergio, en un país nuevo y tener unos días para nosotros antes de no vernos en una larga temporada. Y esto tampoco ayuda, porque tengo un sentimiento de culpabilidad tremenda respecto a dejarle aquí, al margen de mi nueva vida, esperando que me espere pero sin saber en realidad si volveré a besarle alguna vez. Él estaba tan emocionado por el viaje que todo le hacía ilusión, mientras que cuanto más gritaba él más ganas me daban a mí de pedirle que se callara.


NO SABEMOS QUÉ PONE



Me costó tres días irme a dormir sin llorar. Nos levantábamos pronto y aprovechábamos las horas de luz para pasear y conocer nuevos lugares, nos hacíamos un montón de fotos y me lo pasaba genial, me reía… pero de repente pasaba algo, por pequeño que fuese, y me invadía de nuevo una hostilidad horrible e inexplicable que mi novio sabía aguantar pero no comprender. Yo no me daba cuenta hasta el final del día, cuando me acostaba, y entonces lloraba porque echo de menos mi familia, mi gata, mi cama, mi coche y porque me da miedo que les pasen cosas malas y yo no esté a su lado, y porque me asusta llegar a Disney y que todo sea diferente o que me sienta sola sin mi Terminated People. Lloraba incluso porque cuando vuelva a España dentro de a saber cuánto estaré sola y no voy a tener nada que hacer con mi vida y seré una vieja loca rodeada de gatos que sabe mucho sobre una compañía de entretenimiento.

Como podéis ver, lo estaba sabiendo llevar todo muy bien, controlando mis emocio¡NO! Afortunadamente para el viernes esto cambió gracias a la aparición en escena del que fue mi mejor amigo en el instituto, Ángel Pasos. Llevábamos sin vernos unos siete años pero de vez en cuando hablábamos por Facebook y es así como me enteré de que iba a estar viviendo en Copenhague unos meses, que coincidían con las fechas en las que yo iría de visita. Con Ángel vi las cosas diferentes, me hablaba de su experiencia en la ciudad, intercambiábamos nuestras aventuras de los últimos años y se creó un ambiente tan distendido entre los tres que hasta me encantó el castillo que visitamos ese día y ¡¡nos animamos a cruzar en ferry a Suecia!! Mi novio me dijo que se me notaba más animada, y yo lo corroboré cuando esa noche me dormí sin una sola lágrima.

ÁNGEL



FERRY A SUECIA


El fin de semana mejoró muchísimo comparado con los primeros días, la temperatura no era tan horrible, conocimos el pueblo de Roskilde y su museo vikingo acompañados de nuevo por Ángel y por la tarde fuimos a recoger a Borja y Nabil (mis compañeros de aventuras Disney) al aeropuerto. Luego Sergio y yo decidimos aprovechar para conocer Copenhague por la noche y nos llevamos una grata sorpresa, por primera vez empecé a encontrar el encanto a esa ciudad y además con un gofrepalo y un chocolate caliente en la mano. Definitivamente ese fue mi momento 'hygge'.
El domingo nos reunimos todos los de Disney, Ángel, Sergio y yo para hacer un minitour a los recién llegados. Andamos muchísimo pero me mereció la pena en el primer momento en el que pisé Christiania, quien no lo conozca le animo a averiguar un poco más sobre el lugar porque os aseguro que se queda una parte de vosotros cuando la visitáis. Además tuvimos la suerte de encontrarnos con Lars, un chico danés con un nivel de español increíble que vive allí desde hace ya un año y asegura que no lo cambia por nada.

VIKINGOS



CHRISTIANIA



Después de esa excursión, Sergio y yo dimos por finalizado nuestro turismeo en Dinamarca y partimos para casa. Allí me esperaba una maleta que rehacer para conseguir bajar a los 20kg que me permitía la compañía aérea y cómo sabía que Sergio tenía un regalo preparado para el último día, decidí abrirlo y así poder buscarle hueco. El marco con nuestra foto ya me lo esperaba desde Reyes así que me emocionó y me encantó muchísimo pero lo que vino a continuación me dejó totalmente en shock…

NOCHE EN COPENHAGUE


Sergio me sentó en el sofá, frente a la tele, y después de pegarse unos minutos con el mando consiguió que en la pantalla apareciese la cabecera del castillo de Disney con mi nombre debajo. Después siguieron distintas secuencias de amigos míos hablando sobre mí, dándome fuerzas, deseándome ánimo, diciendo que estarían esperándome a la vuelta con los brazos abiertos ¡y también mi prima, tía, madre, padre y hermanos! No me lo podía creer, cada rostro que veía en la pantalla me sorprendía y me encantaba escucharles, algunos me hicieron gritar al verles grabando desde otro país, otros llorar con sus canciones, también reírme muchísimo… pero todos me hicieron FELIZ.  Absolutamente todos los regalos de despedida que me habíais hecho me parecen maravillosos y no tengo palabras para agradecéroslo a todos, pero el vídeo no podéis imaginar lo bien que me vino verlo antes de partir hacia Orlando. Y por supuesto nunca tendré manera de agradecer a Sergio el esfuerzo que puso para que todo saliese perfecto y el aguantarme estos últimos días.
Ahora mismo llevo cinco horas sentada en un avión muy moderno, con pantalla táctil y ventanas regulables, y todavía me quedan otras cinco pero tengo un ánimo para afrontarlo que sé que os lo debo a vosotros y por eso, de nuevo, GRACIAS. Y ahora, por supuesto, ya sí que os he empezado a echar de menos…


Creo que tener miedo no nos hace cobardes, pero superarlo nos hace valientes.

Estela.

lunes, 1 de febrero de 2016

Un nuevo comienzo

Si hace tres años me hubiesen dicho que hoy estaría inaugurando este blog, no me lo hubiese creído. Pero sí, aquí estoy, y realmente todavía no me lo termino de creer.

Para quienes no me conozcan, me llamo Estela, tengo 24 años y soy de Madrid. En enero de 2013 me embarqué en la mejor aventura de mi vida, hasta ahora, participando en el Magical Opportunity Program de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), viviendo y trabajando durante seis meses en DisneyWorld, Orlando (Florida). Cuando regresé, fui elegida Disney Ambassador y durante tres años me dediqué a resolver dudas de los nuevos participantes y ayudar en sus entrevistas de selección. Ahora, Disney me da una nueva oportunidad de volver y yo no puedo ser más feliz.

Esta vez es un International Program que durará un año y en lugar de cajera en las tiendas o restaurantes mi puesto será de Guest Relations, algo así como "Información". También serán más horas de trabajo que la vez anterior, pero no tendré clases obligatorias así que más o menos se compensa el tiempo libre.

Abro este blog con la misma intención que el otro, para mantener al día a mi familia y amigos cuando los horarios se interpongan demasiado y, por supuesto, para acercar la experiencia Disney a cualquier interesado tanto en la Compañía como en el Programa de la URJC. Eso sí, pretendo darle una perspectiva algo diferente ya que quiero actualizarlo con más regularidad - me lo he propuesto muy en serio, regañadme si no lo cumplo - y por lo tanto será un blog más centrado en mi experiencia que en el Programa en sí. Incluso me gustaría meter algunas entradas completamente en inglés para mejorar mi expresión escrita y, de paso, adornar el CV.





Aquí os dejo por el momento, que tengo una maleta que cerrar ya que mañana parto hacia Dinamarca. Allí pasaré una semana de relax total antes de volar el lunes a los EEUU. No puedo decir más que: es un verdadero placer volver a verme envuelta en una oportunidad tan grande de la mano de Disney y, por supuesto, gracias por leerme. Todavía no os echo de menos, porque no me he ido.

Estela.